lunes, 6 de agosto de 2012

La película de la Semana: The Flowers Of War


Esta semana he vuelto a ver una de esas películas que apelan a mi sensibilidad y que me hace aún más aférrimo al cine asiático. Esta Flowers of War, cuenta con Christian Bale en la interpretración, quizás uno de los actores más versátiles que hay actualmente en el panorama cinematográfico, y con Zhang Yimou, una mezcla entre Steven Spielberg y Terrence malick tras la Cámara, quizás el exponente más internacional del cine Chino Actual.

Lo que cuenta: Adaptación de una novela de Yan Geling titulada ‘Las 13 mujeres de Nankín’. En 1937, China, durante la segunda guerra chino-japonesa, John (Christian Bale) llega a una iglesia católica en Nanjing para preparar a un sacerdote para su entierro. A su llegada se ve convertido en el único adulto entre un grupo de alumnas del convento y las prostitutas de un burdel cercano. Cuando se encuentra en la posición indeseada de protector de los dos grupos ante los horrores del ejército invasor japonés, descubre el significado del sacrificio.

Si tuviera que definir a Flowers of War en una frase diría que es  : La belleza del caos.

Yimou utiliza todos los recursos estéticos (cámaras lentas, Grandes planos Generales, Flairs, Puntos de vista extremos) para servirnos en plato frío y esta vez sin mayor héroe mediático que el microcosmos de voluntad, bondad, sensibilidad y sacrificio que encierran los muros que separan el Bien del Mal.
La construcción del personaje de Bale, un antiheroe americano, sumido en medio del caos de una Guerra que ni es suya ni le interesa, pero que como  todo ser dotado de una minima consciencia, acaba inmiscuido en ese atroz dolor ajeno y convertido para gloria de la iglesia  y pecado de dios en una especie salvador episcopal casual y lo que es más importante,  en espectador consciente del significado de  la Lealtad y el sacrifio humano.

La película nos enseña para bien de todos y para mal de muchos, que los eslabones más débiles de la sociedad  son tan necesarios como los héroes ya que no se entenderían los unos sin los otros, y que pese a todo, siempre han estado ahí, bajo líneas, a la sombra, escribiendo con tinta de sangre capítulos en la historia de la humanidad.

Esta cruda batalla entre Nipones y Chinos, no es más que otra demostración  de que el cine está ahí para recordarnos de vez en cuando aquello que no podemos y no debemos olvidar.

Recomendada: Más de 120 minutos para los incondicionales de la poética visual asiática, con buenas dosis de comteporaneidad occidental.

El trailerpor Sergio. S

Aquí teneis el trailer

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