Quiero destacar una perla cinematográfica que me sorprendió en las salas hace cosa de un par de meses, se trata de la nueva película de Steve McQueen (Hunger) y Michael Fassbender, el tandem que nos regalaron Hunger nos traen ahora la poética autodestrucción del ser humano, una película sórdida, estética, sexual, desgarradora, que exprime y hace aflorar el lado oscuro del Ello Freudiano reprimido, hasta hacerlo brotar, a borbotones por todos los poros de un protagonista sometido e incapaz de dominar unos instintos sexuales tan opresores, primitivos y desgarradores de ese minimo puritanismo que cualquier ser humano por depravado que sea debería conservar, más que nada para no romper la delgada línea que nos separa del impulso más animal.
Y es que la película realmente trata eso, el impulso animal tratado con un paralelismo unísono al impulso sexual humano, pues al fín y al cabo todos somos siervos de nuestros impulsos.
Me encantó ese retrato autodestructivo del personaje, esa lucha bipolar que mantiene entre la moral y la amoralidad que le implantan sus oscuros deseos, y como pese a todo acaba sucumbiendo a una exótica enfermedad "sexual" que le impiden llevar una vida digamos no tan Caligulesca.
Fascinante el momento Spring que se pega en media noche por las calles de Manhattan a modo de terapía para huir de sus fantasmas, pero claro cuando ese fantasma se planta en tu casa en forma de Tu jefe y se tira a tu hermana ya me diran que haría usted en su lugar.
En fín, la película no tiene desperdicio, escenas lesbicas, trios, hombre-hombre, y lo mejor de todo, Tan real como la vida misma.
Sergio S.
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